viernes, 25 de diciembre de 2009

La Costa Brava - Adoro a las pijas de mi ciudad

Descubrí a La Costa Brava en julio del año pasado, a raíz de la muerte de Sergio Algora. De Sergio conocía algo de su pasado en El Niño Gusano, un grupo nacido en los 90 de cierto renombre en círculos minoritarios. Sin embargo, ignoraba que en 2003 Sergio se unió a Fran Fernández (de Australian Blonde) para iniciar una prolífica carrera liderando a La Costa Brava, formación con la que publicó hasta siete álbumes en tan sólo cuatro años.

Desde luego, no puede calificarse a La Costa Brava de "producto de masas". Su estilo "pop sesentero" parece en primer término poco apropiado para esta década, y sus letras suenan a chiste. Como ejemplo, la primera vez que escuché Adoro a las pijas de mi ciudad me pareció un tema original y divertido, aunque sin demasiada trascendencia musical. Mi opinión cambió algún tiempo después, cuando me sorprendí a mi mismo tarareando su melodía, lo que me llevó a escuchar Llamadas Perdidas, álbum al que pertenece el tema de hoy y que para mí es el mejor trabajo del grupo.


El videoclip de Adoro a las pijas... es uno de los pocos que llegó a grabar el grupo para promocionar sus temas. Descubrí esta canción a través de este vídeo, y aún ahora al volver a verlo me parece sencillamente brillante.

sábado, 19 de diciembre de 2009

The Cure - A forest

No siempre es fácil encasillar a una formación con tres décadas de trayectoria a sus espaldas, y tampoco en el caso de The Cure encontraremos una excepción. Si bien el grupo británico se ha mantenido fiel durante todo este tiempo a un estilo más o menos homogéneo, treinta años dan para mucho, y la banda ha sido categorizada en multitud de estilos como el "punk", el "new wave", el "rock gótico" o el "pop", en función principalmente de si el grupo se encontraba en una fase más creativa y alegre o en una fase más oscura, densa e introspectiva. Uno de sus temas más representativos es A forest, una de esas canciones intemporales que siempre apetece escuchar, y que fue el único sencillo de su segundo álbum, Seventeen seconds.


Lamentablemente, la producción musical de The Cure en esta década carece de la frescura y originalidad que sí podíamos encontrar en sus trabajos de los 80 y 90, y a excepción de Bloodflowers, el resto que su producción ha pasado prácticamente desapercibida. Sin embargo, si nos atenemos a sus actuaciones en directo, el grupo está en el mejor momento de su carrera. No es muy común encontrar hoy en día un grupo consagrado que supere las dos horas escasas sobre un escenario, mientras que The Cure estira sus conciertos para deleite de sus seguidores, superando de largo las tres horas. Es dudoso que de esta forma vayan a vender más discos o más gente acuda a sus conciertos, así que la razón principal es que el grupo "disfruta" sobre el escenario. Y entre tanta mediocridad, este es sin duda un hecho destacable.

Buscando una actuación en vivo de A forest que ilustrara el contundente directo del que aún hoy día hacen gala The Cure (que además, en la interpretación de este tema suele alargarse hasta los 20 o 25 minutos), topé con una versión acústica de esta canción que no había oído anteriormente. El resultado es tan redondo, tan sencillo y tan bueno a la vez, que no he podido evitar compartir aquí esta versión.